Esta canción navideña no es tan famosa como ciertas otras canciónes que en estos dias se escuchan en los medios de comunicación, a pesar de que fuera escrita hace casi 400 años, en México multicultural.
Sin embargo, podemos asegurar que la producción es sin afán de lucro, ¡las producciones de esta clase de música siempre lo son! :-)
Así que no vamos a pediros soporte de ningún tipo, solo queremos desearos, y a los vuestros, que paséis un mes navideño pacífico y ameno.
¡Paz a los hombres! ¡Ay!
“Convidando está la noche” es un villancico escrito en el siglo XVII por el compositor mexicano Juan García de Zéspedes. Según el tiempo en el que fue escrito, este villancico debe ser considerado música barroca, al mismo tiempo que demuestra los elementos populares y multiétnicos tan típicos de gran parte de la música del “Nuevo Mundo”.
El estribillo es una guaracha, una cancion de baile rápida, probablemente de origen español.
El villancico está interpretado por el ensamble danés/internacional con especialidad en músicas de mundo antiguas, “Via Artis Konsort”:
- Signe Asmussen, soprano
- Anne Marie Høst Mortensen, harp
- Mogens Rasmussen, viol
- Ernesto Manuitt, cuatro
- Poul Udbye Pock-Steen, ocarina, harpsichord
La letra del villancico:
Convidando está la noche
aquí de músicas varias
Al recién nacido infante
canten tiernas alabanzas
¡Ay, que me abraso, ay! divino dueño, ay!
en la hermosura, ay! de tus ojuelos, ¡ay!
¡Ay, cómo llueven, ay! ciento luceros, ay!
rayos de gloria, ay! rayos de fuego, ¡ay!
¡Ay, que la gloria, ay! del portaliño, ay!
ya viste rayos, ay! si arroja hielos, ¡ay!
¡Ay, que su madre, ay! como en su espero, ay!
mira en su lucencia, ay! sus crecimientos, ¡ay!
¡Ay, que me abraso, ay! divino dueño, ay!
en la hermosura, ay! de tus ojuelos, ¡ay!
Alegres cuando festivas
unas hermosas zagales
Con novedad entonaron
juguetes por la guaracha.
¡En la guaracha, ay! le festinemos, ay!
mientras el niño, ay! se rinde al sueño, ¡ay!
¡Toquen y bailen, ay! porque tenemos, ay!
fuego en la nieve, ay! nieve en el fuego, ¡ay!
¡Pero el chicote, ay! a un mismo tiempo, ay!
llora y se ríe, ay! qué dos extremos, ¡ay!
¡Paz a los hombres, ay! dan de los cielos, ay!
a Dios las gracias, ay! porque callemos, ¡ay!
¡Paz a los hombres, ay! dan de los cielos, ay!
a Dios las gracias, ay! porque callemos, ¡ay!